Es condición humana encontrarse frecuentemente con rechazo cuando se está por enfrentar algo nuevo. La novedad suele ser juzgada como negativa debido a la incertidumbre que genera lo desconocido.

Si se traslada este paradigma hacia el ámbito empresarial, es aún más complicado romper con esta creencia al trabajar con gente que piensa distinto y forma parte del mismo equipo.

El implementar nuevos procesos tecnológicos para mejorar procesos anticuados que generan costos altos y un menor rendimiento no es tan fácil como parece. El primer obstáculo suele ser la gente involucrada que teme por su trabajo.

¿Cómo contagiar con entusiasmo a tus empleados para que acepten el reto del salto tecnológico?

Hazlos partícipes, que estén enterados de que los cambios son en primer lugar para beneficio de ellos mismos y por tanto, de la empresa.

Toma notas de las sugerencias de cada área sobre qué actividades consideran que deban cambiarse, al final quienes tienen el expertise del del proceso son ellos, así que seguramente tendrán algún comentario que se pueda implementar como mejora. Además de hacerlos sentir parte importante del proyecto, se alimenta la creatividad, el compañerismo y el pensamiento “fuera de la caja”.

Finalmente refuerza el trabajo de cada uno de los actores ofreciéndoles herramientas tecnológicas y capacitación que poco a poco les irán preparando para el cambio, de esta forma no se sentirán relegados y se integrarán activamente al proyecto.